EpÍsToLa EsTeLaR.
jueves, 15 de enero de 2009
Mi muy querida señorita K.
Me dirijo a usted con el más entrañable respeto, con mi dije de estrella en la mano, para enviarle un comunicado especial, el día de hoy debido a las tormentas de nieve alada, es casi imposible llevar a cabo la comunicación, mi teléfono se ha descompuesto por exceso de pago y ahora solo me queda enviarle una pequeña epístola.
Primero me gustaría relatarle una historia, que un día como hoy, hace muchos pero muchos años, cayó una lluvia de estrellas en la tierra, el pueblo estaba espantado, no tenía idea de lo que estaba pasando, no era muy común ver a las estrellas lejanas acercarse al mundo y tratar de rozarlo con sus luces, aun fue más la impresión de la gente, cuando una de esas estrellas caía en el bosque perdido.
Fue tal el impacto de la estrella sobre la tierra, que provoco un temblor, ocasiono algunas grietas por las casas de esa época y quemo varios campos con su fuego abrasador. La gente decidió no acercarse al lugar donde había caído la estrella, no lo hicieron porque no les agradara conocerla, más bien fue miedo, ese miedo que experimentamos todos con lo desconocido, miedo a ver lo que había provocado tanto desconcierto en las personas, pero que en el cielo mientras caía, había dejado una hermosa estela, polvo estelar que dibujaba una nueva vía láctea, no había salido el torrente de humo como si fuese un meteorito, no, esta aseguraba ser una estrella diferente.
Su polvo esparcido por el cielo duro tres años aproximadamente y la gente del pueblo se acostumbro a ver ese polvo como nuevas estrellas creadas por dios, casi nadie recordaba la caída de la estrella, hasta que un día, procedente del bosque perdido apareció una niña y esta fue encontrada por una mujer muy sabia, los hijos de esta mujer ya se habían casado y solo le quedaba disfrutar los placeres de vivir sola.
Encontró a esta pequeña niña vagando por las calles, mirando extrañamente al mundo, como si no perteneciera a él, pero era humana, con un vestidito pequeño, cabello largo y ojos enormes. La mujer sabia del pueblo le pregunto cuál era su nombre y donde estaban sus padres, que son si mal no recuerdo las primeras preguntas que se hacen cuando encontramos a un niño perdido.
La niña no respondió, observo a la mujer con curiosidad, y como impulsada por un resorte corrió a abrazar las piernas de la mujer sabia. La niña no se desprendió de la mujer sabia, la abrazaba y lloraba en sus faldas, la mujer quedo tan conmovida con la escena que decidió llevar a la niña a la casa, no le importo si tenía padres o no, ella cuidaría de esa oportunidad de vida, de ese pequeño tesoro que parecía venir de otro planeta.
Le dio el nombre de Luz, porque así había llegado a su vida, para iluminar la soledad, que, aunque no lo aceptara, comenzaba a asediarla. Todos los días la mujer sabia llevaba a la niña al mercado, la inscribió a la escuela del pueblo y cuido de ella como si fuera su propia hija, Luz siempre se mostraba agradecida por el cariño recibido y cada día fue creciendo más y mas convirtiéndose en la niña más hermosa del pueblo, por lo que la mujer sabia, viendo los posibles peligros que corría con tal belleza decidió apartarse un poco de la gente y vivir con su Luz en la casa más alejada del pueblo.
Cierta noche la mujer sabia enfermo, cayó en la temidas fiebres azules, el doctor mando traer los mejores medicamentos, pero la mujer sabía que conocía el ciclo de la vida, el mundo a través de sus años de experiencia, intuía que se acercaba el final y decidió aconsejar a Luz lo mejor que pudo para que su vida fuera buena, transmitió sus mejores conocimientos a la que todavía en ese entonces era una niña.
Las fiebres azules se expandieron y provocaron la muerte de mucha gente, aun sigue provocándola y en un día que parecía ser sensacional, la mujer sabia murió. La pequeña Luz quedo devastada, se alejo de la gente y casi siempre vagaba hacia el bosque perdido, en donde buscaba con desesperación algo que había olvidado muchos años atrás.
Pero Luz siguió creciendo, hasta convertirse en una mujer y como toda mujer conoció el amor, un hombre trabajador, ayudante en la herrería, quizás no fue amor a primera vista, pero después de platicar con el cada vez que pasaba al mercado, quedo enamorada de su carisma, personalidad, figura, de él.
Pero después de muchas platicas con el ayudante y apunto de confesar el más sagrado sentimiento, aquel hombre le platico a Luz que estaba comprometido con la preciosa María, que habitaba en el pueblo vecino, por lo cual Luz, tuvo que conformarse con solo verlo trabajar cada vez que iba al mercado. Paso así el tiempo entre su búsqueda extraña en el bosque perdido y sus andares por la calle del mercado para ver al hombre que se había llevado su corazón.
No paso mucho tiempo, cuando el ayudante de herrería ya había aprendido todo lo que necesitaba aprender en ese pueblo y decidió marcharse para cumplir su compromiso con María, fue así que Luz, dándose cuenta de todo lo que amaba a ese hombre, le confesó todo, primero con un hilito de voz y luego borbotones de palabras expresando un cariño oculto.
El ayudante, quedo confundido, totalmente pasmado ante tal declaración, pero era un hombre de palabra y había prometido tiempo atrás casarse con María. Luz quedo aún más devastada, pero entre toda la tragedia, había encontrado su consuelo en el bosque perdido, el casco de una estrella, una nave para regresar al espacio.
Esa noche Luz decidiría si tomaba el casco de la estrella para regresar o se quedaba en el mundo donde le había tocado caer para experimentar lo que sufren los hombres, la decisión y la terminación del cuento te la dejo a ti querida señorita K. seguro que sabrás continuarla.
Creo que fue más larga la historia de lo que me esperaba, pero espero que hoy hayas tenido un día excelente a pasar del frio que azoto la mañana, por aquí el hielo quemo algunas padreas, pero nada grave. Por allá posiblemente las heridas del hielo sean tan fuertes como fiebres azules sobre la naturaleza, pero tengo fe, en que el clima cambiara.
Yo por mi parte, le deseo muchas estrellas para hoy y siempre, expresándole señorita K. mi aprecio por usted, que siempre lo ha tenido y lo tendrá como amigas que somos, más ahora que nos tendremos que comunicar a la distancia, pero la distancia es igual que el tiempo, podemos manejarlo si sabemos organizarnos, yo espero que así sea.
Atte. Su muy querida señorita L.
Me dirijo a usted con el más entrañable respeto, con mi dije de estrella en la mano, para enviarle un comunicado especial, el día de hoy debido a las tormentas de nieve alada, es casi imposible llevar a cabo la comunicación, mi teléfono se ha descompuesto por exceso de pago y ahora solo me queda enviarle una pequeña epístola.
Primero me gustaría relatarle una historia, que un día como hoy, hace muchos pero muchos años, cayó una lluvia de estrellas en la tierra, el pueblo estaba espantado, no tenía idea de lo que estaba pasando, no era muy común ver a las estrellas lejanas acercarse al mundo y tratar de rozarlo con sus luces, aun fue más la impresión de la gente, cuando una de esas estrellas caía en el bosque perdido.
Fue tal el impacto de la estrella sobre la tierra, que provoco un temblor, ocasiono algunas grietas por las casas de esa época y quemo varios campos con su fuego abrasador. La gente decidió no acercarse al lugar donde había caído la estrella, no lo hicieron porque no les agradara conocerla, más bien fue miedo, ese miedo que experimentamos todos con lo desconocido, miedo a ver lo que había provocado tanto desconcierto en las personas, pero que en el cielo mientras caía, había dejado una hermosa estela, polvo estelar que dibujaba una nueva vía láctea, no había salido el torrente de humo como si fuese un meteorito, no, esta aseguraba ser una estrella diferente.
Su polvo esparcido por el cielo duro tres años aproximadamente y la gente del pueblo se acostumbro a ver ese polvo como nuevas estrellas creadas por dios, casi nadie recordaba la caída de la estrella, hasta que un día, procedente del bosque perdido apareció una niña y esta fue encontrada por una mujer muy sabia, los hijos de esta mujer ya se habían casado y solo le quedaba disfrutar los placeres de vivir sola.
Encontró a esta pequeña niña vagando por las calles, mirando extrañamente al mundo, como si no perteneciera a él, pero era humana, con un vestidito pequeño, cabello largo y ojos enormes. La mujer sabia del pueblo le pregunto cuál era su nombre y donde estaban sus padres, que son si mal no recuerdo las primeras preguntas que se hacen cuando encontramos a un niño perdido.
La niña no respondió, observo a la mujer con curiosidad, y como impulsada por un resorte corrió a abrazar las piernas de la mujer sabia. La niña no se desprendió de la mujer sabia, la abrazaba y lloraba en sus faldas, la mujer quedo tan conmovida con la escena que decidió llevar a la niña a la casa, no le importo si tenía padres o no, ella cuidaría de esa oportunidad de vida, de ese pequeño tesoro que parecía venir de otro planeta.
Le dio el nombre de Luz, porque así había llegado a su vida, para iluminar la soledad, que, aunque no lo aceptara, comenzaba a asediarla. Todos los días la mujer sabia llevaba a la niña al mercado, la inscribió a la escuela del pueblo y cuido de ella como si fuera su propia hija, Luz siempre se mostraba agradecida por el cariño recibido y cada día fue creciendo más y mas convirtiéndose en la niña más hermosa del pueblo, por lo que la mujer sabia, viendo los posibles peligros que corría con tal belleza decidió apartarse un poco de la gente y vivir con su Luz en la casa más alejada del pueblo.
Cierta noche la mujer sabia enfermo, cayó en la temidas fiebres azules, el doctor mando traer los mejores medicamentos, pero la mujer sabía que conocía el ciclo de la vida, el mundo a través de sus años de experiencia, intuía que se acercaba el final y decidió aconsejar a Luz lo mejor que pudo para que su vida fuera buena, transmitió sus mejores conocimientos a la que todavía en ese entonces era una niña.
Las fiebres azules se expandieron y provocaron la muerte de mucha gente, aun sigue provocándola y en un día que parecía ser sensacional, la mujer sabia murió. La pequeña Luz quedo devastada, se alejo de la gente y casi siempre vagaba hacia el bosque perdido, en donde buscaba con desesperación algo que había olvidado muchos años atrás.
Pero Luz siguió creciendo, hasta convertirse en una mujer y como toda mujer conoció el amor, un hombre trabajador, ayudante en la herrería, quizás no fue amor a primera vista, pero después de platicar con el cada vez que pasaba al mercado, quedo enamorada de su carisma, personalidad, figura, de él.
Pero después de muchas platicas con el ayudante y apunto de confesar el más sagrado sentimiento, aquel hombre le platico a Luz que estaba comprometido con la preciosa María, que habitaba en el pueblo vecino, por lo cual Luz, tuvo que conformarse con solo verlo trabajar cada vez que iba al mercado. Paso así el tiempo entre su búsqueda extraña en el bosque perdido y sus andares por la calle del mercado para ver al hombre que se había llevado su corazón.
No paso mucho tiempo, cuando el ayudante de herrería ya había aprendido todo lo que necesitaba aprender en ese pueblo y decidió marcharse para cumplir su compromiso con María, fue así que Luz, dándose cuenta de todo lo que amaba a ese hombre, le confesó todo, primero con un hilito de voz y luego borbotones de palabras expresando un cariño oculto.
El ayudante, quedo confundido, totalmente pasmado ante tal declaración, pero era un hombre de palabra y había prometido tiempo atrás casarse con María. Luz quedo aún más devastada, pero entre toda la tragedia, había encontrado su consuelo en el bosque perdido, el casco de una estrella, una nave para regresar al espacio.
Esa noche Luz decidiría si tomaba el casco de la estrella para regresar o se quedaba en el mundo donde le había tocado caer para experimentar lo que sufren los hombres, la decisión y la terminación del cuento te la dejo a ti querida señorita K. seguro que sabrás continuarla.
Creo que fue más larga la historia de lo que me esperaba, pero espero que hoy hayas tenido un día excelente a pasar del frio que azoto la mañana, por aquí el hielo quemo algunas padreas, pero nada grave. Por allá posiblemente las heridas del hielo sean tan fuertes como fiebres azules sobre la naturaleza, pero tengo fe, en que el clima cambiara.
Yo por mi parte, le deseo muchas estrellas para hoy y siempre, expresándole señorita K. mi aprecio por usted, que siempre lo ha tenido y lo tendrá como amigas que somos, más ahora que nos tendremos que comunicar a la distancia, pero la distancia es igual que el tiempo, podemos manejarlo si sabemos organizarnos, yo espero que así sea.
Sin más por el momento señorita K, me despido de usted deseándole una semana hermosa, días soleados en su ventana, amores prófugos nuevos y destellos de éter sobre su casa que anunciaran que una nueva época comienza.
Atte. Su muy querida señorita L.
*imagen“Una mujer escribiendo una carta”, de Gerard Ter Borch (1617-1681)
15 de enero de 2009, 15:36
Ya veo q me estàs conociendo demasiado y gracias por detenerme de darme la vuelta una vez màs...Señorita L: Agradezco de corazòn por su querida epistola, q no es una botella al mar como las que quiero lanzar ahora...
Q bien q tiene a su lado a sus luces etereas en este invierno, aunq sepase, q por muy duro q sea quizà me ayude aqui:
Pues bien, dediquemonos primero a la ambientaciòn,tal como expreso la señorita L, MI ETERNA LUZ...
esta mujer, quizà aùn una niña llorò, durante muchos minutos, tan largos y tan diminutos a la vez,q parecian asi,decadas...hasta q la tormenta tèrmino y ella fue levantada en luz, transfigurandose, quemando su rostro por el azar de hojas secas que le envolvian, en una luz de acuario desvelado..levantandola cada vez màs alto,tanto como la voz de Amor y sanaciòn que pedia en una infinita plegaria..Un canto hermoso, como de un angel se desprendia de su ser, una voz potente y fuerte que a todo el pueblo llamò, y de pronto, mientras ocurria ese bello instante comenzo a llover, pero no era una lluvia de estrellas esta vez, puesto q todo el brillo estelar estaba y estuvo siempre en ella, era agua, limpia,lluvia renovadora, q pronto hizo brotar màs de mil rios, que salian de cada hendidura en la montaña...
Aquella gente, que no estaba alli, aquellos enfermos, comenzaron a sanar y salir de sus cabañas...
el agua era tan pura q les habia llegado y habia sanado todo...
despùes en aquel lugar se oyo un breve grito y se vio aparecer mil aves al vuelo, ella habia desapecido, no estaba màs, y, aùn con la mirada en el cielo, todos entendieron q no volveria màs,
pero un fino polvo y la luz volvio a caer..Era una aurora boreal!!! Y
dentro de ella, por un breve instante aparecieron aquellos que se habian ido, en formas tales como animales o en su forma humana...por un instante tambièn
una pluma se levanto en un airecillo acompañada de miles de hojarrascas, que llegaron hasta el pueblo del herrero, y se prendieron en el corazòn de este,
q acaba de bajar de su auto, y solo se dice Q ESTE LO ENTENDIO Y DEJO CAER UNA LAGRIMA...
Ella la niña, la mujer, lo habia entendido, habia entendido su suave misiòn al desprenderse de la mano de èl,hacia el ùltimo instante, las manos de ella fueron las aves, su corazon las luces de la aurora, las lagrimas, la cura de la enfermedad, que acogio, sabiendo q asi se va la trizteza
y su mirada, hiba en aquella pluma, la lagrima de el, la ultima caricia, su camino a la liberaciòn...
se dice q como toda heroina, ella es recordada con su sagrado nombre en la montaña màs cercana a la aurora boreal, con la màs alta, de donde cada año baja el agua màs limpia y de donde nace naturalmente la vida...
En las temporadas de nieve, algunos juran verle, al aparecer la luz q rompe el inmenso sueño, la aurora boreal...
cada año asi se recuerda
y en su nombre un festival de mil velas a este rio...algunos pequeños q aun poseeen algo de esa magia dejan ademàs, cuando no se dan cuenta los adultos, q ciegos siempre estàn..luceros q encienden siempre las velas en lugar de fuego...
Hay esa noche una magia increible..Un momento quizàs divino...
y hoy me he arrodillado en el mismo rio...he puesto mi vela, y mi barco q no puede ir sin nombre
como cada estrella pertenece a un sonido, la mia se ha de llamr lu-zzy.
15 de enero de 2009, 15:58
Exquisita lectura relato que me amarro con emoción de sentir la luz iluminar el camino de la vida...
un abrazo fraterno
15 de enero de 2009, 18:45
ELy, sabes que este relato es para ti, aun no se exacatamente bien lo que paso, solo pequeños fragmentos que logre decifrar y creo que la situacion salio mejro de lo que pense.
cuidate, que las estrellas te esperan uan sorpresa que fue bañada con la luna FELIZ DIA!!!!!!!!!
Adolfo, es genial que te haya gustado la carta, aunque al final creoq ue perdi el hilo de la historia.
muchso besos y abrazos para vos.
15 de enero de 2009, 20:15
jjejejejejejeje..por eso no publiq mi relato mareado como tal, esto no se ni q es..asi q omitalo escriba el final q va muy cool..perdoneme, ayer no fue un ben dia y en mi cabeza solo habitaban pajaros quiza por lo de mañana...en fin q se la haya psado bonito y ya me voy a dormir.
viernes.hora: 10:15 pm