De pronto aparece perseguida, tratando de escapar de la incomprensión de su mundo, de su fuero y de su ser, nada concuerda con la realidad, un hombre al que no conoce le ofrece su mano y la lleva a través de un espejo, a otro lugar inesperado, donde el desierto es solo polvo y los tormentos también existen, lugar donde solo hay 40 hombres y 40 mujeres, con ellos ya son 41 y 41, un cambio se avecina decía uno, por eso del numero 5, mientras el espacio estaba poblado de arenas, de soles que nunca se desvanecen y de estrellas que se veían del otro lado de la casa, brillando más que la luz. Un tren pasaba alrededor y se podía visitar la que una vez fue nuestra realidad, vestigio de lo que en cierta ocasión se vivió y que no sucederá más, era solo un espejismo donde ninguno podía plasmas las manos o ser escuchados de nuevo.
La casa es grande y espaciosa, solo hay una, blanca, dejada por alguna quimera que no conocimos y que en algún momento también fue humana, las camas de dorsal, sillones elegantes, mesas y juegos, solo faltaba encontrar los baños, era difícil porque con el tiempo, todos iban perdiendo los sentidos, la facultad de ver ya estaba casi nula y el tacto la suplía de forma amplia, aunque los tropiezos eran la orden del día.
No se necesitaba comida, ni agua o algún otro alimento, el solo respirar era suficiente para vivir mil años, mil años se pregunto la mujer nueva, es mucho tiempo y mi familia me buscara, tengo que volver, así intento la huida del desierto del espejo, logrando escapar unos días después, cual fue su sorpresa al descubrirse sola, miles de respiraciones después y miles de años también.
Esto es un sueño que tuve y que me gustaría compartir con vosotros :)